Transparencia.
Uno de los pilares de la gestión de cualquier negocio, y no de los pilares de la gestión de tu restaurante.
Pero…
Como en todo en esta vida, toda norma viene con una excepción.
Sí, sé transparente con los clientes de tu restaurante o negocio de hostelería.
Sí, sé honesto con tus empleados en todo momento.
Pero…
Sobre ciertos temas: discreción.
Si eres padre o madre de familia, sabes perfectamente a qué me refiero. ¿No es mejor que el pequeño no sepa que el Ratoncito Pérez es un producto de la imaginación colectiva?
En el caso de tus empleados, exactamente lo mismo: mejor ser discretos. Ganamos todos.
¿Qué tipos de conversaciones NO debería tener un gerente de restaurante con sus empleados?
01 Sueldos y “bonos” de otros empleados
La mayoría de los empleados suelen saber perfectamente cuánto cobra cada uno. Sobre este tipo de cosas, pocos secretos hay.
Pero, tu conversación con cada uno de ellos, tiene que limitarse a su sueldo, y a sus “bonos”.
Si es posible, distánciate de la gestión de los pagos, y déjala en manos de una persona especializada en este tema, tal vez tu contable o gestor de recursos humanos. Es importante mantener la distancia y dejar que el otro juegue el papel “de malo”, si fuese necesario.
02 Temas personales
El cotilleo o chismorreo es peligroso y se extiende tan rápidamente como la pólvora.
Así que, los temas personales, tanto los tuyos como los suyos, ¡no se tocan en el restaurante!
Lo sé, no es fácil.
Mantener tus emociones a raya y convertirte en uno más compartiendo los chismes y tus aventuras y desventuras, es uno de los desafíos más grandes de un gestor de restaurante.
Pero, no lo olvides: tu vida, guardada en el cajón de “privado”.
De hecho, a la mayoría de los empleados no les interesan tus romances, tus separaciones o tus problemas económicos.
Para gestionar un restaurante con éxito, la regla del “No Cotilleo”, se impone, y tú debes dar más ejemplo que nadie.
03 Acciones disciplinarias
Si uno de tus empleados no rinde como debe, el resto lo ve y lo vive en todo momento. Por eso, el día que llega el momento de tomar una acción disciplinaria, nadie se sorprende.
Aún y así, estos procesos deben ser gestionados de la manera más discreta y privada posible, respetando siempre la dignidad del empleado. Si fuese necesario despedir a esa persona, asegúrate de tener toda la documentación y su sueldo preparados, y entregárselos en el momento de la despedida.
¿Cómo informas a los demás?
Con un mensaje muy simple: “Antonio ya no está con nosotros y le deseamos mucha suerte”.
04 ¡Lo bien que te está yendo!
Es difícil contener la emoción cuando las cosas van bien y el restaurante se llena.
Pero, no olvides que tú eres el que sacará mayor provecho de la situación. Tus empleados, siguen siendo asalariados que trabajan muy duro para que tú puedas conseguir ese éxito.
No cabe ninguna duda de que tú, te mereces el éxito, pero pocos empleados entenderán el sacrificio que has hecho para llegar aquí, la cantidad de capital que arriesgaste, o los gastos desproporcionados que tienes que cubrir cada semana.
05 Política
Puede que tus tendencias políticas y las de tus empleados sean muy diferente. Dicen que el empleador (o en tu caso, el gestor de un restaurante), suele ser más conservador.
Yo digo que, depende; que, cada uno con sus opiniones, pero siempre respetando a los demás.
Y que, para evitar cualquier tipo de problemas, es mejor dejar las opiniones políticas o sobre temas de actualidad, en casa.
06 Críticas
¿Tu socio te está dando problemas? ¿Tus inversores te aprietan el cinturón? ¿Tu persona de confianza es muy poco eficaz?
Sea cual sea el problema, mantén tus opiniones, tus críticas y tus quejas para ti.
Ser demasiado “quisquilloso” y estar continuamente quejándote de todos los que comparten esta aventura contigo, va a crearte muy mala imagen ante tus empleados.
07 Cuidado con lo que dices (y haces)
Los insultos, las humillaciones, los desprecios, las mofas, el acoso sexual…
No tienen lugar nunca, y menos en un entorno de trabajo donde todo el mundo está intentando hacer una buena labor y crear una experiencia inolvidable para el cliente.
Ese debería ser el objetivo de todo el equipo.
El resto no tiene cabida en un restaurante.
Son muchos los temas de los que puedes hablar con tus empleados: las preferencias de los clientes, los platos que están funcionando en el nuevo menú, los fantásticos productos de temporada disponibles ahora en el mercado local, lo bien que se trabajó ese frenético sábado por la noche, el cumpleaños de Mónica…
Así que, ya sabes: discreción, honestidad y mucho respeto.
Verás como la gestión de tus empleados, y de tu restaurante en general, se convierte en coser y cantar.
Más o menos.
No hay nada tan fácil.
Y, si necesitas que te echemos una mano con este, o cualquier otro tema relacionado con la gestión y la promoción de tu restaurante, te recomiendo que revises los cursos que ofrece la Escuela de Marketing Gastronómico, y selecciones el que mejor se ajuste a tus necesidades.
Cualquier duda, ¡ya sabes dónde encontrarnos!
Saludos.
Equipo Escuela de Hostelería Online Marketing Gastronómico.
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